Era vecino del club, no quien hacía mantenimiento

Niegan la existencia de un vínculo laboral entre el demandante y un country náutico. Concluyen que el trabajo realizado obedeció a su propio interés, por la cercanía de su vivienda con el emprendimiento. [privado] Al advertir que el actor no probó las tareas especificadas en su demanda, la Sala 6ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba negó a un vecino la existencia de relación laboral como encargado de mantenimiento del Club Country Náutico Puerto del Águila, propiedad de la demandada Jaguary Mink SA. Asimismo, consideró que las circunstancias que rodearon las acciones del actor estaban relacionadas con el interés propio debido a la cercanía de su vivienda con el emprendimiento demandado. Igor Bahamonde denunció que prestó tareas de mantenimiento y limpieza del muelle, pérgola de madera, lona de techo en el complejo accionado, destacando que como su casa limita con el country, la accionada pretendió encubrir la relación contractual como de paso o servidumbre. La accionada mantuvo su postura de inexistencia de la relación laboral, lo cual originó el pleito. La Sala integrada por Nancy El Hay, luego de analizar la prueba rendida, indicó que “conforme lo esgrimiera la accionada, el actor fuera convocado por sus conocimientos y vecindad a fin de colaborar con la ubicación de mojones o límites de parcelas”, considerando que “las características que tipifican un vínculo subordinado de labor, como la prestación de tareas en forma habitual, personal e indelegable, a cambio de una contraprestación y las órdenes e instrucciones en términos precisos, de los que pueda inferirse subordinación técnica, no han sido evidenciadas”. La magistrada remarcó que “no se acreditaron las tareas enumeradas en demanda”, argumentando que “las actividades desempeñadas por Bahamonde en el muelle y en la cancha de tenis, aludidas por Duartes y Salgado, carecen por sí solas de entidad para configurar el vínculo prestacional denunciado, por la ausencia de ajenidad de la primera –en la medida que satisfacía sus propios intereses con ella- y de regularidad de la segunda”. Además, aclaró sobre la testimonial que “si bien Duartes lo vio abrir con llave el portón de Puerto del Águila para transitar con su coche, ello sucedía solo cuando llovía, encontrando justificación en razones de vecindad y la necesidad de utilizar por autorización de la demandada, ese paso ante el inconveniente climático y del terreno; sin que precisara actividades que le viera realizar dentro del predio”. Finalmente, la vocal concluyó que “de la reconstrucción efectuada, se advierte que aun cuando pudiera presumirse la existencia del contrato de trabajo, las circunstancias que rodean la causa de marras, la desvirtúan”, por todo lo cual se rechazó la demanda impetrada. Autos: “BAHAMONDE, Igor c/ JAGUARY MINK S.A – Ordinario – Despido”, expediente N° 237049/37

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Era vecino del club, no quien hacía mantenimiento

Descartan pluspetición inexcusable en pedido de reparación por daño moral

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